Seguro que te suenan esas situaciones de “tierra trágame” en las que lo mejor sería desconectar con un buen plato de queso. Ante estas situaciones peliagudas, nadie se salva. Así que lo mejor es estar bien preparado y saber que todo, absolutamente todo, puede arreglarse charlando, aunque, mejor, junto a un buen plato de queso.
1. Situaciones peliagudas que suceden en
las mejores familias
· Esos momentos en los que querrías que las teles y los mandos se multiplicasen.
Ha llegado ese esperado momento en el que la familia al completo quiere relajarse en el salón. Pero, por desgracia, a esa misma hora no solo es la familia lo que se junta. También se emite la peli favorita de mamá, el último capítulo de la serie de papá y el concurso que está de moda entre los más jóvenes… A todos nos encanta ver nuestro programa favorito en la pantalla más grande, pero, en cuestiones televisivas, gana la ley de Murphy: “si algo puede coincidir, lo hará”. La solución es repartirse, eso no lo vamos a poder evitar, pero sí podemos hacer que a quien le toque coger la tablet sea igual de feliz, incluyendo una loncha extra de queso en su sándwich.
· Esos domingos en los que mamá y papá se desesperan por que los niños (o no tan niños) ayuden a poner la mesa.
¿Conoces esa sensación? Preguntas sin respuestas, silencios prolongados a lo largo del pasillo y ver que, aunque alces la voz, a los jovenzuelos les entra por un oído y les sale por el otro. Nadie tiene el truco definitivo para arreglar esta situación tan peliaguda, pero seguro, que encontrar a mamá y a papá sentados y charlando frente al aperitivo, les haría poner la mesa lo más rápido posible para llegar a tiempo de picar el último trozo de semicurado.
2. Situaciones peliagudas que suceden
en las mejores parejas
· Esos momentos en los que crees que es más fácil opositar que montar muebles con tu pareja.
El amor es a prueba de todo, incluso a prueba de mudanzas. Las mudanzas no son nada fáciles y, tampoco lo son, las instrucciones de esos muebles tan cucos (y aparentemente sencillos) que vemos en los blogs de decoración. No nos tienes que convencer. Si existen numerosas formas de ver la vida, cómo no van a existir diferentes formas de ver las instrucciones de la cómoda de tu dormitorio. En estos casos, debemos ser ágiles y organizar todo el proceso junto a un plato de queso. Eso sí, también debemos ser precavidos y compartir un Maestría Curado, “Ya Cortado”, por si no encontramos los cuchillos.
· Esas tardes lluviosas de invierno en las que el perro necesita su paseo aunque estéis en pijama.
Sí, esos momentos de comodidad plena, en los que adoptas la postura perfecta y la manta y tú os fusionáis en uno. Hablamos de esos momentos de perfección en los que por nada del mundo te moverías del sofá. Ese preciso instante en el que sabes que salir a pasear con Thor, vuestro perro, os tocará echarlo a suertes. Tras un largo debate, mientras Thor os mira con ojos de cordero, por fin, habéis conseguido negociar quién debe quitarse el cómodo pijama. En estos instantes, salir de casa merece una recompensa. Imagínate su cara cuando descubra un buen plato de su queso favorito, Reserva 12 meses, a su vuelta.
3. Situaciones peliagudas que suceden
entre los mejores amigos
· Esos momentos en los que tus amigos te quitan el móvil, para hacer de las suyas.
No sabes que habrán hecho. Hablar a tu madre sobre el desorden de tu casa, sería lo de menos. En esas situaciones no sabes si habrás dado que hablar en Facebook, Twitter o Instagram, pero eso da igual, porque enviar un simple WhatsApp a veces es mucho peor…O podrían, incluso, haber leído los tuyos… ¡No lo pienses más! Y ve hacia la cocina, puede que con un buen plato de queso de Las Cavas les hagas confesar.
· Esos momentos en los que a un amigo se le escapa un spoiler de tu serie favorita.
Lleváis años enganchados a la misma serie, os encantan los coloquios y las conspiraciones para anticipar el final, pero, ha ocurrido. Te ha adelantado y se le ha escapado un detalle crucial. Ante ese momento de shock en el que no sabes si reír (nerviosamente) o llorar (dramáticamente), deben ser el resto de amigos los que ayuden. Por eso, la mejor solución que se nos ocurre es cambiar de tema con un plato bien cargado por delante, como un surtido de quesos “Ya cortados”, apto para todos los gustos.